Vértigo – Pablo Alborán

El quinto trabajo discográfico del artista mantiene la esencia de su anterior, un sonido menos acústico con más instrumentos interactuando y una cantidad de matices interesantes en su voz que logran cautivar al oyente a través de los distintos géneros que explora a lo largo del disco.

Personalmente no soy fan de los interludios porque tienen que ser muy buenos para agregar valor a la experiencia de oir el disco o separen distintas historias entre ellos y los de Vértigo no lo hacen (en especial el #7), no logro encontrar la razón del porque están donde están.

Las canciones tienen una influencia de sonidos españoles (claramente) muy fuertes que le dan una personalidad interesante con la fusión de sonidos modernos y comerciales y crean una propuesta diferente a toda la música que está sonando hoy. Sin duda la otra fortaleza del disco es la calidad en las letras, en su totalidad fueron escritas por el artista y allí se nota el talento a la hora de crear estas pequeñas piezas llenas de metáforas y llamativas al oído.

De las canciones que más destacan en el álbum son Carne y Hueso que tiene una percusión muy tropical que emociona al momento de oírla, el acordeón en Hablemos de Amor usado de tal manera que vuelve la canción una oda al amor, Dicen y Malabares tienen sonidos metálicos que combinados con esa voz Malagueña del artista crean dos canciones muy diferentes a lo clásico del artista que sin embargo suenan muy bien.

Ambos sencillos lanzados hasta el momento son una construcción de liricas interesante pero ambos opuestos el uno del otro, Si Hubieras Querido es una historia de desamor llena de sonidos sombríos y Corazón Descalzo es otra historia de desamor pero más vibrante y llena de energía con un coro lleno de magia.