Un setlist muy corto para lo que ellos acostumbraban a cantar y al repertorio que le podían ofrecer a su público, 16 canciones que recorrieron en su mayoría los 3 primeros discos y que no tuvieron en cuenta a su último trabajo discográfico, sin duda alguna a pesar de los gustos de los fans y pudieran seleccionar una canción para incluir la gran faltante fue Celestial canción que siempre fue de las favoritas del público y que en cada presentación en vivo era un momento cúspide, nos quedaremos con la inquietud de porque decidieron no cantarla.
Todo el concierto tuvo arreglos para adecuar a las cuatro voces a cada canción, en especial la de Dulce que al tener el timbre de voz tan particular era un desafío y que en términos generales salió muy bien. Enséñame tuvo unos arreglos que incluían unos acordes con un toque reggae, un poco extraños para ser honesto, Tu Amor tuvo arreglos al mejor estilo de Jazz pero la interpretación de Cristian no fue la mejor, Este Corazón tuvo unos arreglos para hacerla un poco más vibrante y funcionó de manera espectacular y finalmente algo extraño pero entendible fue la interpretación en su totalidad de inalcanzable por parte de Christopher, siempre esperaba que salieran los demás a cantar pero nunca lo hicieron.
Sin duda alguna hay dos momentos especiales, uno, el momento más importante del concierto fue el homenaje a Alfonso y Dulce a través de la interpretación de No Pares por parte de toda la banda, con fotografías detrás y el sentimiento de nostalgia que iba surgiendo en cada segundo que pasaba, todos hicieron un trabajo excelente cantando la canción y fue algo que el publico necesitaba para sentir que todo estaba bien, un momento maravilloso y el segundo el momento de cantar Rebelde con todos los uniformes, todo el sentimiento de sentir de hacer parte de la Generación RBD.
Al igual hubo dos momentos que me dejaron fuera de sitio, al momento de cantar Sálvame la banda de violines e instrumentos no tenían ninguna emoción o estaban disgustados por estar allí, ni idea, pero la canción reflejaba un momento muy emotivo y los enfocan a ellos y estaban con una expresión cercana al querer irse y al final del concierto el final fue literal adiós y se acabó la transmisión, no mensajes, no feliz año, no créditos.
Anahí sin duda se robó el show con su histrionismo, no exagerado sino el adecuado para cada canción y siempre se veía disfrutando cada momento. Un espectáculo que sin saber se necesitaba y del cual disfrute cada instante.
El concierto fue el evento con más boletas vendidas en este formato digital alrededor del mundo, confirmando el impacto que generó en nuestra generación una década atrás.